Rehue

Poste de tronco tallado de aspecto humano.
En el mundo mágico y ritual, mantiene vivas las creencias y tradiciones. La abertura evoca la tradición del canto ancestral.

Tayiles

El tayil registra cánticos sagrados de carácter de etnomúsica, heredada según los linajes y que sólo pueden cantar las mujeres en las ceremonias.

Aimé Painé

Kurrúf Taïell (canción del viento)

La religión mapuche ha concebido el mundo como constituido por cuatro partes simétricas, a cada una de las cuales atribuye una especial connotación ética. Esa concepción cuaternaria aparece ideográficamente plasmada en el parche del kultrún – timbal shamánico- y resulta particularmente evidente durante los rituales colectivos, pero en realidad todo acto cotidiano se halla místicamente impregnado de ella.

En términos tradicionales, sin entrar aquí a considerar las modificaciones planteadas luego del cruce de la cordillera de Los Andes, el Este ha sido para el mapuche la fundamental fuente de vida y desde ese punto se esperaba que llegaran todas las influencias benéficas. En el Oeste, en cambio, se situaba el kullcheimáwe, hacia donde se dirigían en un principio las almas de los muertos. Del Sur llegaba la sabiduría y del Norte el infitún o “daño”. Pero cada cuadrante se hallaba ligado por nexos de oposición y complementariedad con el resto, de modo que la mención ritual de uno de ellos implicaba a menudo también la de los otros tres.

De acuerdo con esta pauta, el kurruf taiell resulta en realidad una invocación a los Cuatro Vientos procedentes de cada uno de los puntos fundamentales de la estructura cósmica. El texto menciona en primer término el viento del Este, que en territorio chileno llegaba desde la cordillera. Respetando el sentido del giro ritual, la invocación se complementa con el Norte, el Oeste y el Sur. La onomatopeya del silbido del viento aparece como introducción, interludio y final.

Es hermoso cuando viene el viento desde la tierra cordillerana; viento del Este, viento del norte, viento del Oeste, viento del Sur. A su paso va pegando el pasto contra el suelo. ¡amontona las piedras!¡arranca los arbustos!¡desamontona las piedras!

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Nguïrrú taïell (canción del zorro)

Aun es posible observar en algunas rogativas que los bailarines del choike-purrún imitan en sus movimientos no solamente al avestruz patagónico, o bien al tero, lo que constituye un interesante ejemplo de asimilación de formas entre aves de tan distinto tamaño, sino también a otros animales como el puma o el zorro. Considerando también al carácter esencialmente pantomímico y de propiciación cinegética que ha poseído la danza, no nos resulta –sobre la base de alguna información que estamos recogiendo- demasiado audaz pensar que en tiempos antiguos cada integrante de la cuadrilla imitara –mediante recursos mímicos pautados por la tradición- al elemento concreto aludido por su kempeñ. En este caso el taïell describe el accionar del zorro –nguïrrú-, animal “al que no se nombra” o bien al bailarín que lo representa, llamado en el texto “hombre adornado” u “hombre precioso”. El canto parece iniciarse con la onomatopeya del aullido del zorro.

Un coirón se bambolea. En torno a él danzan los hombres preciosos.

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Trompetuyún ül (toque de trómpo)

El trómpo es un pequeño instrumento idiófono de punteo en el que la cavidad bucal del ejecutante cumple la función de caja de resonancia. En lo que hace a nuestra Patagonia, hasta épocas recientes, algunos comerciantes chilenos –fomentando la idea de la atracción sexual- lo canjeaban a los indígenas por tejidos, cueros y plumas.
Los mapuche, al adoptarlo, prohibieron su uso a los niños, explicando con narraciones míticas sobre casos de kurauiché –seres humanos convertidos en roca por castigo divino-, las consecuencias fatales de la posible trasgresión.

Los toques de trómpo ejecutados como vehículo de atracción sexual –como el que se escucha- son, en la actualidad, imposibles de recopilar en territorio argentino.

Si bien el uso del trompo ha decaído notablemente entre los mapuche argentinos, muchos ancianos lo recuerdan en manos de algunas tejedoras, quienes ante un error en la labor podían recurrir, a modo de distensión pasajera, a la ejecución de este instrumento. Era habitual que los toques imitaran el galope del caballo o el trote del guanaco. Para Chile se conocen datos sobre toques propiciatorios que se iniciaban antes de emprender una jornada de caza o recolección de piñones.

Aimé Painé solía finalizar sus actuaciones con una ejecución como la que se escucha, que alterna ritmos de orden binario y ternario.

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Instrumentos, Danzas, Ritmos

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Carina Carriqueo

Lapinílken

Tierra de lapinílken, está cayendo mucho granizo grueso; en las lagunas se derrite. Eso no sucede con nosotros, hermana. Si fuésemos de sal, si fuésemos un puñado en agua hirviendo, nos derretiríamos hermana. Si fuésemos de azúcar y nos echaran en agua tibia nos derretiríamos, hermana. Eso no sucede con nosotros, hermana.

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Canto de proyección de inspiración mapuche

UPE LAIAN - No quiero olvidar

Llaz kikén inché che zugún Upé laian
Akún tufá mu femxen che muying upé laian
Mukrankalenguen aiú kullugen upé laian upé laian

Traducción de la autora:
Yo me enojo la lengua de mi gente no quiero olvidar (no quiero que se pierda)
llegué aquí y mucha gente hay;
están convesando, están contentos,
la lengua de mi gente no quiero olvidar.

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